domingo, 6 de diciembre de 2009

Protocolo ¡por favor!


Tengo una sorpresa que darte...Este sábado te han invitado a un cocktail... ¡Horror! ¿Qué me pongo?

Este pensamiento se produce con frecuencia cuando debemos asistir a un evento especial.
Sabemos que no podemos ponernos lo primero que veamos en el armario y eso es precisamente lo que más nos preocupa, en concreto, a las mujeres porque conocemos la existencia de reglas básicas protocolarias en cuanto a indumentaria se refiere.
Esto denota hasta que punto la forma de vestir es a su vez un claro reflejo del saber estar, del respeto y de la educación.

Podemos ir con prendas que gusten más o menos a los asistentes, pero lo que no debemos olvidar es que lo primero es pensar que es lo correcto. Para el cocktail al que acabas de ser invitada, es necesario que asistas “de corto”, esto significa que debes ir con un vestido a la altura de las rodillas o justo por encima de estas. Cumpliendo esta norma, seguro, acertarás con lo que elijas, el resto ya depende de tu estilo personal.

Es tan cuidada la indumentaria de los altos cargo, las celebridades y por supuesto, de los miembros de las Casas Reales de todo el mundo, que cuentan con diversos asesores de imagen que velan por su buena reputación en cada acto que asistan.
Las miradas se dirigen hacia ellos y cualquier mínimo detalle sobre la vestimenta en un acto oficial puede ser juzgado y criticado duramente.

Hay quien, por el contrario, elige precisamente esa última opción como arma de atención ante el asombro de todos. Pongamos el caso en España sin ir más lejos de Pedro J.Ramírez y su esposa la diseñadora Ághata Ruiz de la Prada quién, conocida no precisamente por diseños discretos, decidió acudir nada más y nada menos al acto más importante del año, la boda del Príncipe Felipe, con uno de sus modelitos de llamativos colores y diseño tan característico.


Para más inri y por si no lograba ser el centro de atención suficientemente, lució los colores de la bandera republicana. ¿Sorprendidos?

Puede que si no se tratase de un acto tan importante y tan cuidado en cuanto a protocolo se refiere, opinemos que es un conjunto original y divertido, pero no era esa la ocasión. La realidad era que todos los invitados junto con la invitación a tan esperada ceremonia, recibieron una carta con las pautas a seguir tanto de vestuario como de maquillaje.

Sin duda, la próxima vez que recibas una invitación, antes de pensar cual será la firma que lucirás, piensa que es lo correcto para pasar desapercibida porque entonces sí iras adecuada para la ocasión.

Deja que sea tu elegancia y saber estar los que hagan que puedas brillar y...¡a disfrutar!



Laura Navarro