Rebuscas en ese cajón desastre de tu habitación pero no está. En el baño, tampoco. Te quedas pensando. ¿Dónde lo habré metido? Últimamente tus cosas parecen tener vida propia. Pero no, ahí está. Siempre ha estado en ese lugar, sólo que no lo recordabas. Entonces lo abres y lo deslizas sobre tu boca, intentando repartir el color sin salirte. Rojo. Carmín.
¿Por qué este tono? ¿Por qué no el de siempre? Será por todo ese rollo de la crisis. Dicen que las mujeres en tiempos de vacas flacas se pintan los labios de rojo ¿Pero qué digo? Puede que tanta economía me esté afectando.
Aunque, a lo mejor, hay algo de cierto en todo esto. Por poner un ejemplo, cuando se produjo la crisis de Estados Unidos en 1929, las ventas de pintalabios aumentaron considerablemente. En 2001, cuando se produjeron los ataques terroristas del 11-S, sucedió lo mismo. Esta relación entre la venta de barras de labios y los períodos de recesión económica es conocida entre los economistas como Lipstick Index y Leonard Lauder, hijo de la ya fallecida Estèe Lauder, fue su precursor.
En cuanto a la tonalidad, se prefieren gamas llamativas debido a que desvían la atención de la vestimenta, la cual se tiende a repetir más en épocas de apretarse el cinturón. Pero también se debe a que los tonos oscuros denotan seguridad y confianza. Celebridades como Marilyn Monroe o Coco Chanel lo sabían, y durante años han maquillado sus labios convirtiéndolos en el centro de todas las miradas.
Pese a todo, creo que es cuestión de encontrar tu color. Ése que mejor te va. Con tu personalidad, con tu estado de ánimo, con la ocasión. Crisis aparte, el rouge a lèvres siempre estará de moda.
María Donoso
No hay comentarios:
Publicar un comentario