Y entonces llegó C, como dirían mis amigos murcianos. Porque, independientemente de la suerte que corramos, la crisis nos afecta a todos. Cantantes, diseñadores, informáticos, estudiantes, el panadero de debajo de nuestra casa… Da igual a lo que nos dediquemos o cuáles sean nuestras motivaciones: la economía es el pilar fundamental de cualquier país y la moda, al basarse en ella, se ve directamente afectada.
Los diseñadores, expertos en el manejo de las tendencias, han sabido aprovecharse de la época de recesión en la que nos encontramos, adaptando sus colecciones a las necesidades de sus consumidores potenciales. Lo llaman el look vintage. Los cárdigans, los chalecos, las botas o una simple camiseta. Todo se reinventa y se adapta. Se lleva el "todo vale".
Por ello, creo que es necesario volver a los orígenes. Y cuando digo orígenes, me refiero al armario de nuestras madres y abuelas, donde podemos encontrar prendas que pueden sorprendernos gratamente. También, a falta de familia, se puede recurrir a mercadillos o a tiendas como las de la zona de Chueca y Fuencarral en Madrid o la zona del Born y el Barrio Gótico en Barcelona.
Y si le echas imaginación, incluso puedes dedicarte a comprar prendas vintage y restaurarlas para luego revenderlas. Y es que, como ya he dicho, en tiempos de crisis cualquier cosa vale.
María Donoso
No hay comentarios:
Publicar un comentario